Una casa-museo en memoria de 'El hijo del Ahuizote'
El 5 de febrero de 1903, los hermanos Flores Magón -conocidos como los “precursores de la Revolución Mexicana”- realizaron una de las primeras performances de protesta de las que se tenga registro. Era el aniversario de la Constitución de 1857, pero también eran tiempos de fuerte represión porfiriana. En especial, hacia los periodistas liberales como ellos. Así que se plantaron en los balcones del edificio donde se realizaba e imprimía El hijo del Ahuizote, colocaron en los muros la foto de Juárez y varias señales de luto, y se retrataron acompañados de otros colegas con la leyenda: “La constitución ha muerto”.
Esa fotografía cuelga hoy en la entrada de La Casa del Hijo del Ahuizote, un proyecto cultural recién inaugurado por el bisnieto de uno de los hermanos Flores Magón. El edificio es el mismo donde Daniel Cabrera fundó la revista satírica ilustrada que durante 18 años hizo frente al régimen porfirista a través de sus páginas. Y el mismo donde se dibujó la última caricatura, en 1903, poco antes de que dos de los Flores Magón (Ricardo y Enrique) debieran optar por el exilio.
La calle donde se encuentra es República de Colombia y el número, el 42. Allí está -finalmente abierta al público- La Casa del Hijo del Ahuizote, como una isla en un mar de productos chinos. Los comercios no solo rodean al edificio sino que incluso ocupan la parte trasera del mismo. Ese fue el acuerdo al que se llegó con el gobierno local, dueño del inmueble desde que fuera expropiado a causa del terremoto de 1985.
“El espacio lo empezamos a recuperar en 2010. Era una ruina”, cuenta Diego Flores Magón, de 35 años, quien inició el proyecto con la idea de poner en valor el archivo personal de su bisabuelo. Fue Enrique (1877-1954), el menor de los tres hermanos oaxaqueños, quien conservó en su despacho la fotografía que da la bienvenida al ahora museo y centro de documentación en el norte del Centro Histórico.
Fue también gracias a la recuperación de ese archivo que Claudio Lomnitz se involucró con el proyecto. El antropólogo e historiador de la Universidad de Columbia contactó con Flores Magón para sumergirse los papeles de su bisabuelo y escribir El regreso del camarada Ricardo Flores Magón. El libro se publicó el año pasado en Estados Unidos y próximamente se publicará en español bajo el sello de Ediciones Era.
“Es un acervo muy rico”, dice Lomnitz sobre el archivo que está en proceso de ser digitalizado y puesto a disposición del público en una plataforma digital. “Son los papeles de Enrique Flores, su correspondencia, las fotos familiares, notas desde la cárcel, recortes de bastantes periódicos mexicanos y norteamericanos, y documentos relacionados con la fundación y desarrollo del Partido Liberal Mexicano”, explica el especialista en Historia de México.
El investigador no sólo es miembro del consejo sino una especie de embajador del proyecto. Entre otras cosas, ha contribuido a difundir la existencia de este archivo en acervos y organizaciones interesadas en Estados Unidos. Por ejemplo, la Biblioteca de la Universidad de Texas.
Genealogía del Ahuizote
El espacio coordinado por Diego Flores quedó oficialmente inaugurado con la exposición La Constitución ha muerto. Una genealogía del Ahuizote, donde se narra a través de distintos documentos la historia de una de las principales publicaciones de oposición de la época. “El hijo del Ahuizote era muy bueno y muy diferente. Había mucha caricatura política y eso lo hizo más popular, porque en esa época había relativamente pocos lectores”, explica Lomnitz.
Los Flores Magón habían fundado su propio periódico en 1900, Regeneración, del que también hay algunos ejemplares expuestos. Pero como los tres hermanos eran abogados, el contenido “estaba muy orientada a problemas de justicia”, continúa el antropólogo. Se dedicaba a recoger quejas de jefes políticos e incluso ofrecía asesoría legal a sus lectores. Con el tiempo, el periódico se fue radicalizando y fue reprimido. Entonces Ricardo y Enrique arrendaron El hijo del Ahuizote y se encargaron de la edición en su último año de existencia.
En la exposición también se exhiben originales y réplicas de documentos que pertenecieron a Daniel Cabrera, fundador del Ahuizote en 1885. Sus agendas fueron encontradas en la biblioteca municipal de Zacatlán de las Manzanas, Puebla, de donde era originario el periodista liberal. “Son documentos íntimos”, explica Flores Magón, “y gracias a ellos nos enteramos de muchas historias desconocidas para nosotros”.
Por ejemplo, de que Cabrera sufrió una embolia y quedó paralizado, quizá producto del estrés y la presión por parte del régimen. O de que conoció a los Flores Magón en circunstancias más íntimas de lo que se creía: una vecina de Cabrera fue novia -y después esposa- de Jesús, el mayor de los oaxaqueños.
Esos y otros hallazgos históricos del equipo liderado por Diego Flores Magón están ahora para compartirse con la comunidad en República de Colombia 42, donde se estarán realizando diversas actividades culturales. En el mismo sitio donde se sembró la primera semilla del movimiento armado que cambió el rumbo de la Historia de México.
MILENIO CULTURA
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