La Universidad Autónoma de Nuevo León egresó a la quinta generación del Diplomado de Universidad para los Mayores. El Rector Rogelio Garza Rivera entregó las constancias a los 27 graduandos.
Bien dice la frase que “Nunca es tarde para aprender”, y la quinta generación del programa Universidad para los Mayores de la UANL, la puso en práctica al concluir sus estudios.
El Rector Rogelio Garza Rivera entregó sus constancias a los 27 graduandos—19 mujeres y ocho hombres—, que cursaron el diplomado durante el periodo 2015-2017.
“El proyecto es un ejemplo de la intención que tiene la Universidad de conjuntar la inclusión y la equidad y lo importante de esto es que les ayude a tener una mejor calidad vida”, puntualizó Garza Rivera.
Este programa abarca tres áreas fundamentales: el aspecto social, cultural y de salud. Admite a personas de 55 años y más, coadyuvando a mejorar su calidad de vida y prepararlos para vivir un proceso de envejecimiento exitoso.
“Lo que buscamos es que todas las materias estén enfocadas a los tres aspectos y que el adulto mayor se beneficie en forma integral; además buscamos que mejoren su calidad de vida”, explicó la coordinadora de Inclusión y Equidad Educativa Universitaria, Luz Amparo Silva Morín.
Esta iniciativa, que comenzó el 8 de agosto de 2011, a la fecha ha albergado a cinco generaciones y ha contribuido con el desarrollo de más de 100 adultos mayores.
Las actividades del diplomado están relacionadas con el área educativa, cultural, de servicio y vinculación, valores, conocimientos y tecnologías.
Su deseo, seguir aprendiendo
Rosaura Ocañas Domínguez y Jesús Morales García son los miembros de mayor edad de esta generación con 84 y 82 años, respectivamente. Ambos se inscribieron al diplomado por el deseo de seguir aprendiendo algo nuevo.
“Yo digo que no hay edad para que uno quiera aprender”, afirmó Ocañas Domínguez. La egresada dijo sentirse agradecida y orgullosa con una de sus sobrinas por animarla a retomar sus estudios y financiarle los mismos.
“Mi motivación siempre fue el aprender. Próximamente buscaré algo más en lo que pueda inscribirme para seguir preparándome”, declaró la octogenaria.
Por su parte, Morales García, durante su juventud no tuvo oportunidad de realizar sus estudios del nivel superior, pero su voluntad de adquirir mayor conocimiento fue un factor para cursar el diplomado.
“Yo estudié la secundaria y la preparatoria en la modalidad abierta. En mi trabajo se preocupaban mucho por seguir capacitándonos y viajaba mucho, y entre tantos viajes, adquirí la afición por la lectura, algo que me ayudó mucho en la Universidad”, expresó.
Aunque al caminar por los diferentes pasillos de la Universidad Autónoma de Nuevo León y estuviera rodeado de jóvenes, los cuales podrían ser sus nietos, mencionó, siempre se sintió integrado y realizado con la institución.
“Aprendimos demasiadas cosas, pero principalmente a desarrollarnos como personas, a tener solidaridad y a comprender a los demás”, señaló Jesús Morales García.
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