La doctora Rosario Rogel Salazar aseguró que en América Latina se requiere más capacidad editorial para posicionar a las revistas científicas en el plano internacional.
Investigadores, editores y académicos de la Universidad Autónoma de Nuevo León se reunieron para analizar la estructura organizacional de las revistas científicas y la importancia de éstas como medio de comunicación para la difusión del conocimiento.
La profesora-investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, Rosario Rogel Salazar, dirigió la charla “Los comités de las revistas científicas: hacia la conformación de una política editorial”.
En su discurso, la consultora senior en gestión editorial de Scientificomm aseguró que, en América Latina, hay buenos investigadores que, por su capacidad, son seleccionados para dirigir revistas científicas, pero la falta de experiencia editorial les impide tener un impacto internacional.
“Este tipo de pláticas contribuye a la formación y capacitación constante de un perfil muy peculiar, que es el científico”, señaló Rogel Salazar.
“Todos los editores y directores de revistas científicas son doctores y expertos en sus áreas; no les vas a enseñar nada de eso, pero sí les vamos a compartir y discutir con ellos la pertinencia de desarrollar las revistas bajo determinadas normatividades internacionales, para que se posicionen en el mundo de las revistas científicas”, explicó la académica de la UAEM.
De acuerdo con datos de Rogel Salazar, en América Latina hay 10 mil revistas científicas registradas, pero solo 200 pertenecen a bases de datos reconocidas internacionalmente como Scopus.
En México, las revistas científicas con mayor impacto están relacionadas con temas de salud.
“Sería un falso dilema decir que si no tengo revistas no publico, más bien, es un proyecto paralelo el tener un proyecto editorial para darle cabida a la producción científica de ese tema al mundo”, precisó la doctora en Ciencias Sociales.
La conferencia, organizada por la Dirección de Tecnología de Información y la Dirección de Investigación de la UANL, se llevó a cabo en el Centro de Educación Digital de la Máxima Casa de Estudios, el 17 de mayo.
“El objetivo es impulsar la inquietud de seguirse formando en materia de procesos editoriales; la desventaja es que no existe una educación formal al respecto sobre temas editoriales científicos, si lo hay, están más enfocados al diseño editorial y de libros o creación literaria y poesía.
“Una cosa es la capacidad científica y otra es la capacidad editorial. La capacidad científica está asegurada, entonces toca acercarse a este tipo de conferencias o cursos de capacitación para hacer un mejor trabajo editorial”, puntualizó la miembro del Consejo Editorial del Colegio de la Frontera Norte y de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
Nuevas tecnologías exigen otras estructuras
Desde hace más de 600 años, la estructura organizacional de una revista científica es la misma: editor, comité científico, comité editorial, editores en jefe, editores de sección y técnico editorial.
Sin embargo, el desarrollo de las nuevas tecnologías ha generado cambios en los roles y estructuras organizacionales, pues las formas de adaptación son distintas: las revistas científicas ya no existen en papel, tienen otras formas de periodicidad y su diseño ha cambiado.
“Muchas veces, cuando hablas con los editores, están preocupados por la parte del diseño gráfico y la impresión y tú les dices 'eso ya no hay en las revistas puramente electrónicas científicas, ya no se considera eso’.
“Tiene que ver más con la visibilidad, incorporación de protocolos de metadatos y ellos están pesando en formar una caja tipográfica”, aseguró Rosario Rogel Salazar.
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